domingo, 30 de octubre de 2016

"George era un apasionado de la música mexicana": Olivia Harrison

La productora de origen mexicano Olivia Harrison, viuda de George Harrison, aseguró que además del amor que se profesaban, entre las grandes pasiones que compartía con el guitarrista de The Beatles, era la música mexicana, de ahí el interés de ambos por ver películas del país.

En entrevista con Notimex, en el marco de la 14 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, Olivia detalló que sus abuelos nacieron en Guanajuato, por lo que su papá cantaba música mexicana, y su esposo tuvo la osadía de grabarlo en el estudio, entonando temas como "La feria de las flores", de Chucho Mongue, pero que hiciera famoso Jorge Negrete y Antonio Aguilar.

"George (Harrison) estaba muy enamorado de México, de su música sobretodo, entonces, empezamos a ver películas mexicanas y él se sentaba con su guitarra y tocaba junto con Los Panchos. Disfrutaba y entendía la música a través de los acordes y sentimientos", resaltó.

Olivia se dijo fiel admiradora de la música y el cine nacional, artes que están ligadas profundamente con el misticismo, creencia con la cual se identifica porque sabe que George, "su eterno amigo", siempre está con ella, aún y cuando físicamente no lo vea.

"Esa es una cuestión muy mexicana y así es como me siento, por eso, cuando falleció George, quise hacer un documental sobre su vida. Otras personas ya se me habían acercado para hacerlo pero fue a través de amigos y asociados, que me dijeron que por qué no le pedía a Martín Scorsese que hiciera ese material".

Y así fue, la productora y embajadora de The Film Foundation, creada en 1990 por Scorsese, se acercó al reconocido cineasta estadounidense.

"Por supuesto ese era un sueño, pero él se interesó en la vida de George. Este material, que hoy presentamos, se hizo a lo largo de cinco años a partir de nuestros archivos familiares y los de The Beatles Company".

"Lo que intentamos fue contar la historia sobre los retos de su vida y le pusimos 'Living in The Material World' (Viviendo en un mundo material), porque es el nombre de una de las canciones de George", compartió.

El largometraje, hasta el día de hoy, sólo se ha visto en Estados Unidos a través de HBO, pero próximamente estará disponible para todo el mundo en formato DVD.

"Es un documental que provoca muchos pensamientos; invita a la reflexión. George fue un hombre complejo, de orígenes muy humildes y logró un éxito increíble, la cinta realmente habla del viaje de este hombre", señaló.

"Hemos tenido una respuesta enorme porque es una película muy honesta. Mi hijo, Dhany, también me ayudó mucho, estamos muy felices porque nos permitió abrirnos y abrir todos los lados de la vida de George, la brillante e incluso la parte oscura", concluyó. www.elsiglodetorreon.com.mx

jueves, 13 de octubre de 2016

LEGO se une al aniversario de Yellow Submarine

A partir del próximo 1 de noviembre saldrá a la venta la versión de Lego de The Beatles con el tema de la canción “Yellow Submarine” esto con motivo del 50 aniversario del disco.

La canción fue escrita por John Lennon y Paul McCartney, pero interpretada por Ringo Starr y grabada en los famoso estudios de Abbey Road y el álbum se lanzó al mercado el 5 de agosto de 1966.

El Yellow Submarine de Lego tendrá un costo en el mercado de 60 dólares y podría ser el mayor atractivo de la empresa para las ventas de fin de año.

El producto es una colección especial conformada por figuras en miniatura de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, así como un set dedicado al Yellow Submarine, y también una figura del personaje Jeremy Hilary Boob. tiempo.com.mx



Unos desconocidos Beatles en España, en 1963

George y Paul con Astrid Kirchherr
Era mayo de 1963 cuando un grupo de amigos visita Tenerife. Lo hacen a Puerto de la Cruz. Aquellos desconocidos eran The Beatles. Eran turistas.

Pasarían por estudiantes de Liverpool. Perdidos. Fueron usuarios del alquiler vacacional en Los Realejos, donde se quedaron en una casa de una isla donde esta gente no llamaba la atención cuando ya llevaban tres trabajos publicados. La casa era gratis. Prestada por un alemán amigo del grupo.

Estuvieron transitando por las zonas de la isla que comenzaba a ser un destino para el turismo exigente. Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison hicieron lo típico. Lennon estaba en Benidorm.

Lago Martiánez y El Charco fueron testigos de la silenciosa visita de aquellos cantantes que alucinaban porque a nadie llamaba la atención la presencia del grupo. Que los canarios no supieran de ellos lo podían comprender por cuestiones como el idioma. Aunque tampoco por la cultura musical que tienen los isleños. Pero, extranjeros como ellos, les parecía extraño.

Surgió hasta mal humor entre los integrantes del grupo y se ofrecieron a actuar gratis. Ni así. Generaban ruido, a juicio de los dueños de algún local, que percibía en su música demasiado riesgo para su clientela. PaulMcCartney casi se ahoga por bañarse sin conocer las corrientes de alguna zona sin vigilancia.

No estaban aburridos. Formaban parte del circuito del turismo; pero usando una casa conseguida por Astrid Kirchherr y su entonces pareja Klaus Voormann, que hicieron algunas fotos curiosas de su estancia en Canarias. A estos alemanes les conocieron en un concierto celebrado en Hamburgo.

Acabaron quemados por el radiante sol canario aunque les gustaba la arena negra de Puerto de la Cruz. Estuvieron en Izaña y el Teide. En Canarias, en aquella época, se celebraban corridas de toros. Y The Beatles estuvieron en la plaza que entonces funcionaba en la capital tinerfeña. De Tenerife, fueron a Agadir (Marruecos). www.abc.es



domingo, 9 de octubre de 2016

McCartney rinde tributo a Lennon en festival "Desert Trip"

Un festival como el que reúne en Coachella, California, a seis de las mayores leyendas del rock de los sesenta, aspira a crear momentos irrepetibles que duren años. El primer día del festival Desert Trip, The Rolling Stones regalaron uno de esos momentos al tocar Come Together, de The Beatles. En la grada, Paul McCartney lo celebró como un fan más. “Ayer los Stones tocaron una canción nuestra”, dijo McCartney el sábado, durante su turno en el escenario. “Vamos a tocar una de ellos. Es el primer éxito que tuvieron en Inglaterra. Lo escribimos John y yo”. Entonces tocó I Wanna Be Your Man. La historia de esa canción es tal cual como la contó McCartney.

Pero el gran momento de la segunda noche de este festival no fue ese, sino ver juntos en el escenario a los dos artistas de la noche, Neil Young y Paul McCartney, tocando dos canciones de John Lennon. Empezaron con A Day In The Life, el monumental cierre del disco Sgt. Pepper’s, y acabaron con Give Peace A Chance con el enorme recinto de Coachella cantando a coro. Lennon triunfó en este homenaje a los sesenta tanto como su compañero. Después, tomaron una canción menor del catálogo beatle como Why don't we do it in the road, que sonó como un cañón.

Young había hecho el número de apertura de este concierto, en el que la generación de los sesenta en EE UU se está dando una especie de fiestón de despedida. El espectáculo de Young empezó media hora antes que el de Bob Dylan el día anterior. De esa forma, consiguió un magnífico efecto con el atardecer rojo del desierto de Coachella. Las primeras frases de After The Goldrush sonaron por sorpresa, con Young sentado al piano y el sol cayendo sobre las palmeras. Después, Heart Of Gold, igual de sencilla y emocionante. Young es uno de los pocos artistas de los sesenta que conserva una voz característica, inmediatamente reconocible, y puede con sus propias canciones como el primer día. El sábado en el desierto, esa voz nasal y afilada sonó estremecedora.

El público de baby boomers norteamericanos que han venido a revivir por última vez en directo la música de su juventud fue transportado instantáneamente por Young a los años sesenta. El atardecer, las palmeras, la luna del desierto, la armónica y una camiseta que decía “el agua es la vida” crearon un momento mágico en Harvest Moon. Neil Young arrasó. Hizo olvidar que Dylan y los Stones habían estado en ese escenario el día anterior.

Young terminó con dos demoledoras interpretaciones de Down By The River y Rockin’ In The Free World. En la grada sur, a la derecha del escenario, un abuelo en silla de ruedas animaba con el puño en alto sobre su cabeza. Señoras con evidente dificultad para levantarse hacían un esfuerzo para seguir con el rock en el mundo libre mientras la guitarra de Young atronaba. Esta no es la última vez solo para los artistas, también lo es para los fans que crecieron con ellos. Fue un show de dos horas magnífico.

Paul McCartney cambió el escenario de arriba abajo para adaptarlo al complejo montaje con el que ha salido de gira este año. McCartney calienta su espectáculo con música de The Beatles. En un momento dado, sonó el riff de Revolution, se oyó un suspiro colectivo y todo el recinto se levantó de su asiento. Solo era el disco. No había salido sir Paul a tocar y la música de The Beatles ya estaba obrando su magia.

Hace un par de décadas que McCartney abrazó su papel como superviviente del mejor grupo de la historia. McCartney es, como decía él mismo en una entrevista con EL PAÍS, “lo más parecido a los Beatles que la gente puede ver”. El poder de esa música y de esa leyenda sigue arrastrando masas por todo el mundo 47 años después de su último disco y con dos miembros del grupo muertos. El sábado, en el contexto de un homenaje a los sesenta, él era The Beatles. Le bastaron las tres primeras canciones de su actual espectáculo (A hard day’s night, Jet y Can’t Buy Me Love) para poner al público a sus pies. Nadie tiene un catálogo igual.

Mientras meta suficientes canciones de los Beatles en su espectáculo, McCartney puede tocar lo que quiera. Muchas canciones empiezan a estar fuera de su capacidad vocal a los 74 años. Pero nadie puede irse decepcionado de un espectáculo donde puedes ver al beatle tocando Let It Be, Hey Jude, Helter Skelter o la suite final del disco Abbey Road. Asientos vacíos en la grada el día anterior, incluso del artista anterior, se llenaron solo para verle a él.

Al festival Desert Trip le queda un tercer día. La despedida correrá a cargo de Roger Waters y The Who, otros dos artistas que retienen, pasados los 70 años, un enorme poder en directo. “Vuelvan mañana”, dijo Neil Young al público antes de despedirse. “Roger va a construir el muro (The Wall) y vamos a hacer grande a México otra vez”.  cultura.elpais.com

Las diferentes casas de John Lennon

Lennon vivió una vida compleja de activismo social buscando privacidad en casas donde escribió las letras de sus famosas canciones

Mendips, en su natal Liverpool.
En Mendips, la casa de George y Mimi Smith, fue donde John Lennon vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia. Donde vivió la era pre-Beatles.

John Lennon se mudó a Estados Unidos en 1971 junto a su segunda esposa Yoko Ono, y jamás regresó a vivir a su tierra Inglaterra.

Edifico Dakota, en New York.
La primera casa de Lennon fue el apartamento estilo Gótico del Siglo 19, ”The Dakota”, ubicado en la calle 72 y Central Park West, uno de los edificios más buscados por celebridades para residir allí.

De acuerdo a Business Insider, Lennon y Ono se mudaron a su apartamento en el Dakota en 1973. Siete años después, el 8 de diciembre de 1980, Lennon fue asesinado justo en el pórtico de entrada del edificio a manos de un fan, momentos después de que el cantante le había firmado un autógrafo.

Villa Bird, en Los Angeles, California.
Además del apartamento en Nueva York, el ex-Beatle compró otras propiedades menos conocidas o famosas que su primera casa, entre ellas se encuentra la villa conocida como “Bird” por estar ubicada en las colinas privadas de las calles con el mismo nombre, en el 8818 Thrasher Ave, de Los Angeles, California. Según el listado de priceypads.com, la propiedad de 419 metros cuadrados fue construida en 1965, tiene 4 habitaciones, 4 baños, piscina, y spa.

Un año antes de su muerte Lennon decidió comprar la que es conocida como su última propiedad en Long Island, New Jersey.

Cannon Hill, en Long Island, New Jersey.
Según longislandpress.com, la última casa del cantante era una mansión al estilo Tudor, ubicada en el barrio de Laurel Hollow hacia el Norte de Long Island, conocida como “Cannon Hill” por tener un cañón justo al frente del jardín, aislada al final de la calle con salida al mar.

“Tenía más de una docena de habitaciones con tres pisos, incluyendo la habitación principal con un balcón que ofrecía vistas espectaculares a la bahía”, según relatara Fred Seaman, el asistente personal de Lennon, en su libro “Last Days of John Lennon: A Personal Memoir”. Cuenta además que “Tenía hasta una pequeña playa, con un muelle privado. John quería comprar un bote, así que esta era la casa ideal”.

Lamentablemente el cantante no pudo disfrutar de esta casa por mucho tiempo. Un año después de comprarla, Lennon fue asesinado al regresar del estudio de grabación en donde acababa de grabar su último álbum “Double Fantasy”.

Yoko Ono sigue viviendo en el mismo apartamento en Nueva York, junto con el piano blanco en el que compuso sus últimas melodías. www.viveusa.mx | gigantesquedesaparecen.blogspot.mx

John Lennon, inmortal

John Lennon, el chico creativo de Liverpool, para muchos el alma de The Beatles, cumpliría ahora 76 años si aquel trágico día de 1980 un fan armado con una pistola no se hubiera cruzado en su camino.

Su talento, su legado, sigue poniendo banda sonora a nuestras vidas e inspirando al mundo de la música. Temas como 'Imagine', 'Jealous Guy' o 'Baby please dont'go' son tarareados a diario, manteniendo al hombre de pelo alborotado y gafas redondas más vivo que nunca.

Pésimo conductor, en parte por la miopía que tenía, era un apasionado del café y el único componente de The Beatles que no era vegetariano. Fue Elvis Presley quien le inspiró para dedicarse a la música, aunque también confesó que le hubiera gustado formar parte de los Monty Python.

Compositor, dibujante, escritor y productor, se reinventó una y mil veces a través de sus letras, sin dejar de luchar por las causas justas. Su tema 'Give peace a chance' se convirtió en un himno contra la guerra de Vietnam.

El alma atormentada de Mark David Chapman arrebató al mundo de la música a uno de sus mayores genios. Quería pasar a la historia como 'el hombre que mató a John Lennon' y su perversa hazaña acabó con el artista, con el hombre, pero no con su leyenda, no con su arte. www.lasexta.com