Aparentemente, Brian Epstein estaba de buen humor por aquellos días, a pesar de que su padre había muerto unas seis semanas antes. Brian había estado con los Beatles por última vez cuando fue a verlos a los estudios Chappell. Exactamente, el miércoles día 23 agosto. Paul McCartney estaba grabando su canción 'Your mother should know', precisamente la última canción que aparece en la película 'Magical Mystery Tour'.
Brian sabía que los Beatles se iban de fín de semana a Gales, con el Maharishi. George Harrison los había convencido a todos menos a él, tan proclive sólo y estrictamente a las celebraciones ortodoxamente judías. Así que organizó un fín de semana alternativo. Le gustaba pasar días en una casa que tenía Warbleton,en Sussex, a la que llamaba Kingsley Hill. Así que invitó a sus amigos más fieles. Es decir, su asistente Peter Brown y a Geopffrey Ellis, su principal ejecutivo de su organización NEMS. Brian había 'alquilado' a unos cuatro 'boys'. Se puso nervioso al ver que no llegaban en aquella tarde tan larga. Así que se enfadó, tomó su maravilloso Bentley descapotable y regresó a Londres. Curiosamente, los cuatro chicos alquilados se presentaron en Kingsley Hill pocos minutos después de que se hubiera marchado.
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Brian tenía a una pareja española como criados. Antonio y María. Los dos hablaban mal inglés, pero al mediodía del domingo día 27 de agosto, al insistir y tocar en la puerta del dormitorio de Brian y no encontrar respuesta, se pusieron muy nerviosos. Sabían que Brian había llegado el viernes por la tarde, pero el sábado no tuvieron ni una sóla noticia del manager de los Beatles. Llamaron entonces a Peter Brown y al doctor John Galway. Cuando derribaron la puerta encontraron muerto al "quinto beatle".
Peter Brown limpió toda la casa de sustancias perversas, para que cuando llegara la policía no encontraran restos de droga o alguna pastilla incriminatoria. Como resultado de la encuesta de la polícia, el investigador dictaminó que la muerte de Brian Epstein se había producido por haber ingerido seis pastillas de Carbitral, un fuerte barbitúrico, insuficiente para haberle provocado su deceso, pero mezclado con grandes dosis de alcohol, fue más que suficiente para provocarle la muerte. Peter Brown, en un libro sobre Epstein que publicó tiempo después, aseguró que había encontrado una nota de suicidio, en la que Brian decía que su vida le había desbordado mentalmente. Luego, desmintió que fuese la nota de suicido del día de su muerte, que habría sido otra que escribió antes.
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En enero, el australiano Robert Stigwood, que lo quería comprar todo en música y llevaba los negocios de Eric Clapton y los Bee Gees, había querido entrar también en el negocio de los Beatles. Puso medio millón de libras esterlinas, que se quedó Brian y ya estaba dentro de las organización NEMS de Epstein.
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Francamente, Brian estaba destruyéndose a sí mismo, en aquel verano del amor del año 1967, en plena gloria de los Beatles con el 'Sgt. Peppers'. El problema aún se agigantaba más, porque sin giras de los Beatles, ¿qué le quedaba por hacer como manager? Incluso sabía que Paul McCartney le había dicho a su entorno que Brian era pobre hombre de negocios, que se había dejado engañar por las rapaces del negocio musical. Era John Lennon quien a veces también le trataba brutalmente. Le insultaba con frases como "cerdo judío" o "maricón de mierda". John Lennon era my agresivo con Brian. Se portaba con él como un anti semita y homófobo radical. Quizá porque Brian abusara sexualmente de John durante aquellas misteriosas vacaciones en Barcelona, en el año 1963, cuando Lennon todavía era tierno en la fama. Marianne Faithfull aseguró en el libro de Debbie Geller, que Brian se acostó con John. Esa extraña relación se convirtió en 1991 en una extraña película 'indie' llamada 'The Hours and the Times' . No hace mucho la he vuelto a ver. Hay una escena morbosa con Brian y John en la bañera y otra, con los dos en la cama. Nadie se querelló por la película. Ni siquiera Yoko Ono.
Fue el mismo John que dijo que sólo un par de años más tarde, los Beatles, simplemente, colapsaron tras la muerte de Brian. Aunque también le llamó mal negociante, más teatral, más artista, que administrador.
Al final, Brian Epstein se hartó de luchar contra la hegemonía de Paul McCartney, que se sentía el nuevo 'rey midas' del grupo. Al final de su extinción, los Beatles fueron crueles, devastadores e injustos con su manager, su guía, su orientador celestial. Muy irrespetuosos con el hombre que construyó a los Beatles, les vistió, les adecentó, les hizo ser artistas, tanto como él. Fue el perfecto Pigmalion en la historia de la música. El artista que, quizá por su homosexualidad, vio antes que nadie la brutal atracción sexual de los Beatles, una salvaje fuerza de persuasión. Por eso, fue el 'quinto beatle', el príncipe 'gay' del pop.