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Las fanáticas se tomaron en serio el gusto revelado por Harrison en una entrevista en 1963, año en que el grupo lanzó su primer álbum denominado "Please, please me".
George reveló que le encantaban los "jelly babies", como se le llamaban en Reino Unido a los dulces hechos a base de gelatina y con forma de bebé.
Desde aquel entonces, cada vez que los "Cuatro Fantásticos" de Liverpool se subían a un escenario, aparte de gritos, flores, peluches, tenían que lidiar con el lanzamiento de caramelos.
Paul, John y Ringo temían que estos pequeños pero consistentes dulces les provocara alguna lesión.
Ahora, 46 años después, sale a la luz la animadversión de los Beatles a estos dulces, gracias a una carta que será subastada próximamente.
El propio Harrison explicó en la misiva a Lynn Smith, una seguidora de la banda, que el hecho de que les lancen caramelos les provocaba pánico.
"No nos gusta que nos tiren golosinas. Piensen cómo nos sentimos en el escenario tratando de lidiar con ello mientras ustedes siguen lanzando más".
"Además, puede ser peligroso: una vez me dio un caramelo en un ojo y les aseguro que no es divertido", recalca Harrison en la misiva.
Smith, que por entonces contaba con 15 años de edad y se declaraba fan incondicional de la banda, encontró el documento en su desván hace unos meses y ha decidido ofrecerlo al mejor postor, según la casa de subastas.
Se espera que el manuscrito -en el que Harrison también confiesa que se equivocó en la letra durante la grabación de "I'll get you"- alcance un precio de 800 libras (unos 880 euros) en la subasta, que se celebrará en la casa Wooley & Wallis el próximo 17 de junio. www.telegrafo.com.ec
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