Le sonaba a jazz, como las viejas tonadas que su papá conocía. Al levantarse le dio forma en el piano y quedó enganchado...
Obsesivo como es, Macca la tocaba o tarareaba para ver si alguien la conocía. Como nadie dijo “yo”, decidió grabarla.
La canción no era del agrado completo de sus tres compañeros en Los Beatles: no era la onda en la que andaban por aquellos años.
Al final de cuentas, sus compañeros ni pincharon ni cortaron en el estudio: era Paul como solista, y ya..., a pesar de estar acreditada a Lennon-McCartney (un acuerdo al que habían llegado desde los inicios de su carrera).
“La vieron como algo normal, escucharon la pieza, ninguno tenía nada que añadirle, y listo”, apunta Mauricio Vargas Barguil, expresidente del club de fans ticos Meet The Beatles, acerca de esa pieza que le rondaba entonces al bajista del grupo.
Despojada de toda intervención de los demás, George Martin, el productor, convenció Macca de incluirle un cuarteto de cuerdas.
Aunque no quedaron en los créditos, los encargados de esa parte fueron Tony Gilbert y Sidney Saz, violines; Kenneth Essex, viola; Francisco Gabarro, violonchelo.
Martin también los persuadió de que la canción no era una cursi, aunque su título original era Huevos revueltos. Afortunadamente, en un viaje a Portugal, con su novia de entonces, Jane Asher, McCartney dio con la tecla en los versos (y en el título): el mundo tenía a Yesterday (Ayer).
Cumple su cincuenta aniversario este 2015: fue grabada el 14 de junio de 1965 (la toma dos fue la aceptada) y se publicó el 6 de agosto de ese mismo año como parte de Help!, quinto álbum de estudio de The Fab Four, homónimo de su segunda cinta, estrenada el 29 julio de ese 1965.
Yesterday no aparece en el soundtrack de la película; en el LP original es la penúltima pieza del lado B. Además, el grupo no sacó el sencillo en Gran Bretaña por el temor de que la canción afectara su imagen.
En Estados Unidos se publicaría en ese formato hasta setiembre de 1966.
Para la prensa estadounidense, se trató del primer número uno de McCartney sin sus tres compañeros.
“Para Los Beatles como grupo, en su momento, no significó nada. Revolucionó, pues incluía un exquisito cuarteto de cuerdas, que dio paso a futuras composiciones maravillosas como Strawberry Fields Forever”, explicó Tatiana Abarca, actual presidenta de Meet The Beatles.
Más allá de cualquier consideración, es clásica dentro del repertorio del cuarteto y “fija” en los conciertos de Macca: no la toca y la demanda es segura.
Sello. “Para mí, es el himno de The Beatles, aunque es composición de Paul únicamente. Es la balada más conocida de la historia y, además, la más versionada”, agregó Hazel Rodríguez, tecladista de The Beagirls.
A Yesterday, la gente la siente tan beatle que no era raro que a John Lennon lo felicitaran por haberla escrito.
Cuenta que, en una oportunidad, en España, se vio obligado firmar un violín, luego de que un ejecutante tocara la celebérrima pieza para él y Yoko Ono. “Supongo que no podía ir de mesa en mesa tocando I Am the Walrus”, recordaría John, ya con el grupo disuelto.
No es que Lennon detestara Yesterday; decía que era bella, pero nunca deseó ser el autor. “Es buena, son buenos versos; pero, si lees la letra completa, no dice nada, no sabes mucho lo que pasó: ella se fue y el desea que fuera ayer”, opinó John en el libro All We Are Saying de David Sheff.
No es extraño que fanáticos de The Fab Four no la consideren la mejor balada (prefieren, en su lugar, Here, There and Everywhere o Something), pero es innegable que Yesterday es “la canción”.
Juan Carlos Sánchez (Juanka.com), estudioso de la obra del cuarteto, explica el vigor de esta “viejita”: “Su secreto está en ser lenta como un corazón en estado de reposo y evocativa porque, en algunos momentos de la vida, creemos que ayer estábamos mejor. Paradójicamente, las mejores canciones de amor parecieran ser siempre las de desamor”. www.nacion.com