El último piano que tocó John Lennon antes de morir (1940-1980) llegó a la ciudad de Liverpool, donde el público podrá verlo a partir de hoy en la atracción turística The Beatles Story, que recibe cada año a 250 mil visitantes de todo el mundo.
El viejo piano vertical de madera fue tocado por última vez por Lennon el mismo día de su trágica muerte, el 8 de diciembre de 1980, cuando en la mañana acudió a los estudios The Record Plant Studio donde estuvo mezclando con el productor y su esposa Yoko Ono 'Walking on Thin Ice', que después se convirtió en un éxito comercial.
En el marco del inicio de la semana internacional de los Beatles (International Beatleweek), la hermana de John Lennon, Julia Baird, así como el fotógrafo y amigo del artista, Bob Gruen, estuvieron presentes en la presentación del icónico instrumento.
En rueda de prensa, Baird recordó que en casa de su madre (Julia Lennon) siempre hubo un piano.
“Cuando escuché a John tocar el piano por primera vez, me pregunté si lo estaría haciendo de manera seria y si estaría leyendo las notas, porque de niños teníamos un piano en casa”, comentó.
Al compartir sus recuerdos, Baird, de 68 años, evoca a John simplemente como su medio hermano y no como el ícono mundial en el que se convirtió.
“Nos separamos hace mucho tiempo de ‘John el ícono', y esto fue mucho antes de que muriera”, sobre todo a partir de que los Beatles volvieron por primera vez de Estados Unidos en 1964 y la familia se dio cuenta de que se habían convertido en un fenómeno mundial.
Para Julia, John era sólo su hermano mayor y recordó que cuando volvía a casa le preparaba a él y a su entonces esposa Cynthia el tradicional té inglés y pan tostado.
Por su parte, el fotógrafo y amigo de Lennon, Bob Gruen, reveló que su relación profesional se convirtió en amistad a partir de 1972 y una de sus memorias más preciadas es cuando fotografió al músico británico frente a la Estatua de la Libertad.
“El gobierno de Estados Unidos estaba tratando de deportar a John Lennon y yo pensé que el gobierno debía de dar la bienvenida a los grandes artistas en lugar de echarlos y la Estatua de la Libertad es un símbolo de bienvenida de Estados Unidos. Le sugerí a John que fuéramos a tomar fotos para dramatizar su caso y él estuvo de acuerdo conmigo”, apuntó.
Por su parte, el director de la atracción turística The Beatles Story, Martin King, señaló que el piano pertenece a un coleccionista privado de Australia que aceptó prestarlo por un periodo de tres años.
El piano era uno de los favoritos de John Lennon, y fue utilizado en Walls and Bridges y Double Fantasy, así como en diversas composiciones que realizó con Elton John y David Bowie.
El instrumento, que presenta desgastes propios de su uso, fue utilizado también por artistas de la talla de Bob Dylan, Pete Townsend, Lou Reed y Alice Cooper, entre otros.
La Beatlemania está presente en cada rincón del puerto de Liverpool desde la taberna (The Cavern) donde tocaron por primera vez y fueron descubiertos por Brian Epstein, hasta el hotel Hard Days Night y The Beatles Story, que alberga la primera guitarra de George Harrison y una de las primeras de Paul McCartney. www.jornada.unam.mx
domingo, 30 de agosto de 2015
"John sería un anciano creativo y comprometido con la política": Julia Baird
Si John Lennon estuviera vivo cumpliría este año 75 y sería un anciano creativo y comprometido con la política, según le imaginan su hermana Julia Baird y otras de las personas que convivieron con el ex-Beatle.
"Si aún estuviera aquí no habría activistas como Bob Geldof ni Bono que valieran . John estaría en la primera línea", afirmó Baird, que cree que su hermano, nacido el 9 de octubre de 1940, habría pasado sus días de madurez "pintando y dibujando, quizás escribiendo poesía".
"Al menos espero que hubiera sido así", subraya esta psicóloga infantil de 68 años, que todavía recuerda a John sentado durante largas horas ante el televisor -"era su forma de desconectar", le justifica- o con la vista perdida en la corriente del río Mersey, en su Liverpool natal.
Coincide con ella May Pang, la que fue novia de Lennon durante un periodo de 18 meses que el músico bautizó más tarde como su "Lost Weekend" (Fin de semana perdido), entre 1973 y 1974.
"Su pasión era quedarse mirando pasar los barcos. Lo hacía por la noche. Yo no fumo y odiaba que él lo hiciera en casa, así que salía al balcón. Allí se sentaba y miraba el río, el agua le calmaba", rememora Pang.
"Si estuviera aquí, solo puedo imaginarle del mismo modo que cuando vivía con él. Se pasaría el día escribiendo y disfrutaría de la vida" , sostiene su exnovia, que afirma con orgullo que John pasó a su lado una de las etapas más fértiles de su carrera en solitario y se reunió por primera vez con Paul McCartney y el resto de los Beatles tras la disolución de la banda.
Uno de los amigos habituales en el apartamento de Pang y Lennon en Nueva York era el fotógrafo Bob Gruen, que compartía con Lennon "estilo de vida y sentido del humor", según él mismo reconoce.
"Le conocí en 1971 y acabamos siendo amigos. Yo iba a su casa o el venía a la mía. Pasábamos el rato charlando o viendo la televisión", recuerda Gruen, autor de algunas de las fotografías más reconocibles del músico, cuya figura continúa fascinando a millones de personas 35 años después de morir a balazos frente al edificio Dakota.
El fenómeno fan que inauguraron los Beatles continúa especialmente vivo en Liverpool, donde más de 250.000 personas visitan cada año el Beatles Story, el museo dedicado a la banda, que para celebrar el 75 aniversario del autor de "Give Peace a Chance" ha añadido a su colección el último piano con el que grabó el músico.
La fama de su hermano ha perseguido durante gran parte de su vida a Julia Baird, que tras varias décadas alejada de los focos llegó a la conclusión de que "no se puede escapar de los Beatles".
"Durante un tiempo lo intenté, pero es imposible, así que es más fácil aceptarlo y estar dentro", explica Baird, que relata cómo se hizo consciente del giro que iba a dar la vida de toda su familia cuando John regresó a Liverpool tras su primera gira por Estados Unidos, en 1964.
"Cuando volvió a casa nos pasamos toda la noche hablando. 'Es una locura', repetía. Fue entonces cuando me di cuenta de que se iba a convertir en un icono", asegura.
Baird, hija de Julia Lennon -madre del músico- y John Albert Dykins, su segundo esposo, asegura que el ex-Beatle nunca estuvo "asustado" por la fama que se le venía encima.
"Cuando estás dentro del remolino es muy difícil darte cuenta de lo que está ocurriendo fuera. Eso sí, cuando venía a casa decía cosas como 'necesito centrarme y ver quién soy después de todo esto'", relata. www.entornointeligente.com
"Si aún estuviera aquí no habría activistas como Bob Geldof ni Bono que valieran . John estaría en la primera línea", afirmó Baird, que cree que su hermano, nacido el 9 de octubre de 1940, habría pasado sus días de madurez "pintando y dibujando, quizás escribiendo poesía".
"Al menos espero que hubiera sido así", subraya esta psicóloga infantil de 68 años, que todavía recuerda a John sentado durante largas horas ante el televisor -"era su forma de desconectar", le justifica- o con la vista perdida en la corriente del río Mersey, en su Liverpool natal.
Coincide con ella May Pang, la que fue novia de Lennon durante un periodo de 18 meses que el músico bautizó más tarde como su "Lost Weekend" (Fin de semana perdido), entre 1973 y 1974.
"Su pasión era quedarse mirando pasar los barcos. Lo hacía por la noche. Yo no fumo y odiaba que él lo hiciera en casa, así que salía al balcón. Allí se sentaba y miraba el río, el agua le calmaba", rememora Pang.
"Si estuviera aquí, solo puedo imaginarle del mismo modo que cuando vivía con él. Se pasaría el día escribiendo y disfrutaría de la vida" , sostiene su exnovia, que afirma con orgullo que John pasó a su lado una de las etapas más fértiles de su carrera en solitario y se reunió por primera vez con Paul McCartney y el resto de los Beatles tras la disolución de la banda.
Uno de los amigos habituales en el apartamento de Pang y Lennon en Nueva York era el fotógrafo Bob Gruen, que compartía con Lennon "estilo de vida y sentido del humor", según él mismo reconoce.
"Le conocí en 1971 y acabamos siendo amigos. Yo iba a su casa o el venía a la mía. Pasábamos el rato charlando o viendo la televisión", recuerda Gruen, autor de algunas de las fotografías más reconocibles del músico, cuya figura continúa fascinando a millones de personas 35 años después de morir a balazos frente al edificio Dakota.
El fenómeno fan que inauguraron los Beatles continúa especialmente vivo en Liverpool, donde más de 250.000 personas visitan cada año el Beatles Story, el museo dedicado a la banda, que para celebrar el 75 aniversario del autor de "Give Peace a Chance" ha añadido a su colección el último piano con el que grabó el músico.
La fama de su hermano ha perseguido durante gran parte de su vida a Julia Baird, que tras varias décadas alejada de los focos llegó a la conclusión de que "no se puede escapar de los Beatles".
"Durante un tiempo lo intenté, pero es imposible, así que es más fácil aceptarlo y estar dentro", explica Baird, que relata cómo se hizo consciente del giro que iba a dar la vida de toda su familia cuando John regresó a Liverpool tras su primera gira por Estados Unidos, en 1964.
"Cuando volvió a casa nos pasamos toda la noche hablando. 'Es una locura', repetía. Fue entonces cuando me di cuenta de que se iba a convertir en un icono", asegura.
Baird, hija de Julia Lennon -madre del músico- y John Albert Dykins, su segundo esposo, asegura que el ex-Beatle nunca estuvo "asustado" por la fama que se le venía encima.
"Cuando estás dentro del remolino es muy difícil darte cuenta de lo que está ocurriendo fuera. Eso sí, cuando venía a casa decía cosas como 'necesito centrarme y ver quién soy después de todo esto'", relata. www.entornointeligente.com
domingo, 23 de agosto de 2015
Subastarán primer contrato firmado por Los Beatles
El primer contrato de grabación que firmaron los miembros originales de la banda británica The Beatles en 1961, valorado en unos 150.000 dólares, será subastado en Nueva York en septiembre, según anunció la casa Heritage Auctions.
El contrato fue firmado en Hamburgo, Alemania, en junio de 1961 por Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Pete Best, miembro de la banda hasta su sustitución en 1962 por Ringo Starr, el baterista con el que se hizo famoso el cuarteto de Liverpool.
Según el documento, que consta de seis páginas y está en perfecto estado de conservación, cada uno recibió casi 20 dólares por grabar The Bonnie, una canción que se aprendía en las escuelas alemanas y que el productor Bert Kaempfert quería convertir en un “hit”.
El tema tuvo un éxito modesto en las radios alemanas pero después de volver a Liverpool los seguidores de la banda supieron de su existencia y empezaron a ir a las tiendas a pedir el disco, incluido el local de Brian Epstein.
Fue entonces cuando Epstein decidió ir por primera vez al emblemático Cavern Club para ver tocar en directo a los Beatles y poco tiempo después terminó convirtiéndose en su representante, según recuerda la casa de subastas.
“El resto ya es historia. Este extraordinario documento es uno de los más importantes que se van a subastar nunca y quizá el de mayor importancia histórica, al ser el single que llevó a unos entonces desconocidos Beatles hasta Epstein”, añadió Heritage Auctions.
Durante la subasta, que se celebrará del 19 al 20 de septiembre en Nueva York, también se venderán al mejor postor otros tesoros de la “beatlemanía” como un autógrafo de John Lennon y una postal enviada por Ringo Starr a su abuela para satisfacción de sus fans. www.eltiempo.com.ec
El contrato fue firmado en Hamburgo, Alemania, en junio de 1961 por Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Pete Best, miembro de la banda hasta su sustitución en 1962 por Ringo Starr, el baterista con el que se hizo famoso el cuarteto de Liverpool.
Según el documento, que consta de seis páginas y está en perfecto estado de conservación, cada uno recibió casi 20 dólares por grabar The Bonnie, una canción que se aprendía en las escuelas alemanas y que el productor Bert Kaempfert quería convertir en un “hit”.
El tema tuvo un éxito modesto en las radios alemanas pero después de volver a Liverpool los seguidores de la banda supieron de su existencia y empezaron a ir a las tiendas a pedir el disco, incluido el local de Brian Epstein.
Fue entonces cuando Epstein decidió ir por primera vez al emblemático Cavern Club para ver tocar en directo a los Beatles y poco tiempo después terminó convirtiéndose en su representante, según recuerda la casa de subastas.
“El resto ya es historia. Este extraordinario documento es uno de los más importantes que se van a subastar nunca y quizá el de mayor importancia histórica, al ser el single que llevó a unos entonces desconocidos Beatles hasta Epstein”, añadió Heritage Auctions.
Durante la subasta, que se celebrará del 19 al 20 de septiembre en Nueva York, también se venderán al mejor postor otros tesoros de la “beatlemanía” como un autógrafo de John Lennon y una postal enviada por Ringo Starr a su abuela para satisfacción de sus fans. www.eltiempo.com.ec
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