domingo, 27 de junio de 2010

Nuevo libro sobre Beatles vacacionistas


Corría el año 1963 y unos chicos de Liverpool llamados The Beatles empezaban a despuntar en el mundo de la música. Acababan de lanzar su primer LP, Please Please Me, y estaban prácticamente agotados.

Unas vacaciones eran la mejor solución para tomar un respiro y proseguir luego con su incipiente carrera, que se auguraba exitosa. A través de los artistas alemanes Klaus Voormann y Astrid Kirchherr, amigos de la banda inglesa, tres de los miembros del que sería el cuarteto más célebre del siglo XX, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, decidieron poner rumbo a Tenerife; mientras John Lennon viajaba a Torremolinos de la mano de Brian Epstein, el representante del grupo.

El libro The Beatles en Tenerife. Estancia y beatlemanía bucea en el poco conocido paso de Paul, George y Ringo por la Isla, un trabajo en el que el investigador Nicolás González Lemus ha empleado varios años recopilando datos. La obra explica de manera pormenorizada la presencia de los músicos en Tenerife del 28 de abril al 9 de mayo de 1963.

"Fueron invitados al chalé que tenía el padre de Klaus Voormann, Maximiliam, en la nueva ciudad jardín La Montañeta, en Los Realejos", precisa González Lemus. Según relata en su obra, los ‘tres’ de Liverpool pasaron 12 primaverales días en la Isla, principalmente, transitando el vecino Puerto de la Cruz, aunque también visitaron Las Cañadas, La Orotava y Santa Cruz de Tenerife, donde asistieron a una corrida de toros, espectáculo al que Paul era "bastante aficionado".

En sus desplazamientos por el territorio insular -siempre acompañados de la fotógrafa Astrid Kirchherr- se movían con un coche rojo, un Austin Healey Sprite, propiedad de la familia Voormann. "En absoluto tuvieron unas vacaciones aburridas, a pesar de lo poco atractivo que era el Puerto de la Cruz en aquella época. No había tanto centro de ocio, sólo el Rancho Grande, el Lido San Telmo y el Hotel Taoro, aunque estos dos últimos lugares eran sitios de una clientela exclusiva", relata el autor.

La música corría a borbotones por las venas de estos neonatos Beatles y en las vacaciones quisieron matar el gusanillo con una actuación. Ni cortos ni perezosos se dirigieron al propietario del Lido San Telmo, David Gilbert, para ofrecerse. Gilbert, británico también, se negó en rotundo. "Unos melenudos no eran idóneos para actuar en su selecto club, que había frecuentado hasta el mismísimo Winston Churchill. El dueño del Lido se arrepentiría toda su vida de esa decisión", recalca González Lemus, a quien el propio Gilbert confesaría este dato.

Paul, George y Ringo se hicieron asiduos a las piscinas de San Telmo. De hecho, uno de los motivos de recurrir a "aguas más apacibles" fue el hecho de que el propio Paul casi se ahoga en la playa de Martiánez.

El libro cuenta alguna que otra anécdota más de la estancia de los Beatles en la Isla, como que Ringo compró un sombrero cordobés en uno de los puestos de La Recova -el antiguo mercado del Puerto de la Cruz-, que casi no se quitaba, o que armaban todas las noches una pequeña fiesta en el chalé realejero -que aún existe- con una guitarra española que tenía Maximiliam.

Los Beatles viajarían de nuevo a España en 1965 -esta vez al completo- para dar dos conciertos: uno en Madrid, en la plaza de toros de Las Ventas; y otro en Barcelona, en el coso de la Monumental. González Lemus recalca que cuando vinieron a Canarias no eran tan conocidos, pero "fue la primera vez que pisaron suelo español y salieron de la Europa continental". Poco después de su paso por el Archipiélago, en el otoño de 1963, el grupo sacaría su segundo LP, With The Beatles, que supondría ya su despegue definitivo.

La pasión de González Lemus por los Beatles le llevó a indagar y a recopilar toda la información posible sobre las vacaciones de los de Liverpool en la Isla. Tardó más de 10 años en articular todo el proyecto. Antes, había escuchado la historia de su estancia en el Norte de Tenerife a través de una familia que vivía en la zona de chalés en la que Paul, George y Ringo pernoctaron.

Las dificultades llegaron a la hora de las fotografías, especialmente en lo relativo a los derechos de autor. Así, el libro incluye imágenes hasta ahora desconocidas, como la de los tres ilustres turistas en el solárium de las piscinas de San Telmo, tanto juntos como separados, realizadas por la mencionada Astrid Kirchherr. quien fuera esposa del malogrado Stuart Sutcliffe, bajo de los Beatles, fallecido en 1962.

La obra, esbozada a lo largo y ancho de 160 páginas, se completa con la irrupción de la beatlemanía en España y en el Archipiélago, y la conformación de grupos isleños al socaire de este fenómeno, como Los Canarios, en Las Palmas; Los Sombras, en el área metropolitana de Tenerife; y ya en el Norte de la Isla, bandas como Los Vampiros Rojos (Los Realejos) o Los Rayos Verdes (La Orotava).

A la hora de elaborar el texto, el conocido investigador orotavense, con más de una veintena de libros a sus espaldas, la mayoría relacionados con la historia del turismo, contó con la inestimable colaboración de autorizados biógrafos de The Beatles como Hunter Davies y Peter Nash. Quiso contactar personalmente con Paul y Ringo, pero fue harto imposible. No obstante, González Lemus promete enviarles a ambos un ejemplar. "Hay que recordar que los Beatles, junto a Agatha Christie y Winston Churchill fueron grandes personalidades del siglo XX que visitaron la Isla, lo que no es poco", apostilla. tertuliavillerados.blogspot.com

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