Fue tras la separación de la banda, momento en el que el músico no consiguió asimilar que había terminado todo, por lo que se recluyó en el whisky.
Paul McCartney tuvo sus momentos de flaqueza espiritual en el pasado y se refugió en uno de los peores aliados que puede tener un hombre compungido: el alcohol.
McCartney, de 69, tiene cinco hijos y ya va por su tercer matrimonio, esta vez con una de las mejores amigas de su primera mujer, Nancy Shevell. En su larga carrera musical, el prolífico músico fue parte de bandas como Wings y por supuesto uno de los "Fab 4" de Liverpool.
Pero cuando los Beatles se separaron, Sir Paul se sintió perdido en el mundo y se abocó al whisky al punto que su mujer por ese entonces, Linda Eastman, temió que ya no pudiera escribir canciones.
Por eso, el músico se recluyó en una casa de la localidad de Mull of Kintyre con su mujer y los cuatro hijos de la pareja, Heather, Mary, Stella y James.
"El tema de los Beatles se volvió muy pesado, así que Linda y yo nos escapamos con los chicos. Pero los problemas del medio seguían ahí. Básicamente se me pasó la mano", confesó McCartney, según el sitio británico The Sun.
"Llegamos a un punto en el que Linda me dijo: 'Tienes que calmarte un poco'", recordó el ex Beatle. www.continental.com.ar
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