A lo largo de las últimas décadas no ha dejado de especularse sobre los entresijos de la relación personal y profesional que mantuvieron dos de las figuras más icónicas de la historia de la música, los ex Beatles Paul McCartney y John Lennon, quienes en ocasiones han sido retratados como dos enemigos que lucharon encarnizadamente por hacerse con un papel primordial en la banda y, en otras, como un compenetrado tándem capaz de componer auténticas obras de arte. Esa disparidad de opiniones que existen sobre la verdadera naturaleza del vínculo que existía entre los dos artistas, un tema del que McCartney se ha pronunciado en varias ocasiones desde la trágica muerte de Lennon en 1980 -fue tiroteado a las puertas de su casa de Nueva York-, ha llevado al primero a abordar de nuevo el asunto para aclarar que -al igual que ocurre en el plano de la vida cotidiana- la rivalidad que mantuvieron nunca estuvo reñida con la admiración que se profesaban el uno al otro.
“Nuestra relación era muy competitiva, porque cuando yo escribía algo, él trataba de mejorarlo y posteriormente yo trataría de mejorar lo suyo. Sinceramente, era un gran sistema y a nosotros nos funcionó muy bien, porque si yo subía un peldaño y eso le motivaba a él a esforzarse más para alcanzar el siguiente, al final esa dinámica te lleva a componer una gran canción, y en nuestro caso, temas memorables“, ha reflexionado el veterano músico en una entrevista al canal de televisión australiano ABC.
De esta forma, Paul McCartney ha vuelto a poner de manifiesto que el choque de egos que en ocasiones mantuvieron como consecuencia de su carácter ambicioso y perfeccionista, además de servirles para consolidarse como leyendas de la música, forma parte de una de las etapas de su larga trayectoria que más añora a día de hoy. Y es que el también padre de la diseñadora Stella McCartney está convencido de que el proceso creativo que compartía con su amigo y rival sería imposible de materializar en la escena musical de hoy en día.
“Ese era el truco que nosotros teníamos, algo que no he vuelto a experimentar desde que dejáramos el grupo. A veces nos olvidábamos de ciertos elementos de la canción que habíamos improvisado y que se nos había olvidado escribir en el papel. Luego nos íbamos a tomar algo y tratábamos de recordarlo sin éxito, pero al día siguiente la idea nos volvía a la cabeza. Y si no ocurría, pues mala suerte, ya pensaríamos en otra“, ha bromeado sobre sus largas sesiones de trabajo con el malogrado Lennon. www.eldiariodechihuahua.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario