La canción tiene toda una historia detrás. Lo primero que se ha de decir es que es obra de John Lennon y de su entonces esposa, la japonesa Yoko Ono. No es una obra exactamente original, sino una adaptación de un himno proveniente del mundo de la hípica titulado “Skewball”, del que por cierto no es la única adaptación, existiendo muchas otras entre las cuales una de Peter, Paul and Mary, otra al francés titulada “C’etait un cheval blanc” de Hugues Aufray, y hasta otra de Bob Dylan. Y ello sin hablar de las versiones realizadas sobre la versión de Lennon-Ono.
El Happy Christmas de Lennon-Ono data de 1971 y es ante todo un himno contra la guerra de Vietnam, de ahí su final “war is over if you want it” (“la guerra ha terminado si tu quieres”), una campaña en la que la pareja Lennon-Ono se implicó muy intensamente, incluso alquilando de su propio peculio espacios publicitarios en once ciudades del mundo pidiendo el final de la guerra. Esto queda muy patente no sólo en su estribillo más repetido, “war is over if you want it”, sino también en la estrofa que dice “and so happy Christmas for the yellow and red ones” (“para los amarillos y los rojos”), donde “los amarillos” simboliza a los vietnamíes, y “los rojos” a los americanos.
Su intención original antibélica no desmerece en absoluto, sino que refuerza, su carácter navideño, y llama la atención que tanto Lennon como Ono eligieran la Navidad como vehículo para transmitir su mensaje de paz.
Terminada la guerra de Vietnam, son pocos los que hoy recuerdan su dedicatoria a una guerra tan concreta, y lo que queda es un himno contra todas las guerras y una canción tan navideña que en una encuesta realizada por la cadena musical VH1 fue votada como la novena canción más popular de todas las dedicadas nunca a la Navidad.
John Lennon, que por cierto tuvo una dura infancia y abandonado primero por su padre, Alfred, y luego por su madre, Julia, fue criado finalmente por su tía Mary “Mimi”, se educó en el anglicanismo, nada extraño por otra parte, tratándose como se trata de un muchacho de Liverpool, por lo que su contacto con el cristianismo es evidente. Más extraño es en todo caso la participación en la canción de Yoko Ono, componente de una familia emparentada con el mismísimo emperador de Japón, y desde luego no cristiana ella misma, si bien tuvo contactos más que evidentes con el cristianismo. De hecho, acompañando a su padre cuando éste es enviado por su empresa a los Estados Unidos, es matriculada en un elitista colegio cristiano, el Keimei Gakuen que, aunque gestionado por una familia japonesa, los Mitsui, dice de sí misma que su finalidad es“construir el carácter a través del cristianismo”. Amén de ello, casó en segundas nupcias con el norteamericano Anthony Cox, con quien tuvo una hija, Kyoko que al divorciarse sus padres, marchará con el padre convirtiéndose al cristianismo de la Iglesia de la Palabra Viviente (Church of the living Word), una adscripción cristiana bastante moderna que data de los años 50. Una hija que como verán Vds. en la versión original del villancico, aparece mencionada en él, al principio del mismo.
La canción es cantada por el ex-beatle, al que acompaña el Harlem Community Choir. Yoko se limita a abrirla con un “happy christmas Kioko!” dedicado a su hija, muy llamativo en una persona que no profesaba la religión cristiana, lo que por otro lado, habla del carácter universal que ha adquirido en todo el mundo la navidad y el espíritu de paz y amor con el que es universalmente identificada. www.religionenlibertad.com
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