Hace cuarenta años, con el movimiento hippy en auge y el mundo revolucionado en protestas contra la guerra de Vietnam, John Lennon componía su 'Give Peace a Chance' en una habitación de hotel junto a Yoko Ono. Ese mismo año, la canción fue coreada por miles de manifestantes en una histórica marcha pacifista en Washington.
En ese contexto, Lennon decidió devolver su condecoración como Miembro del Imperio Británico a la reina Isabel II, en protesta por el apoyo del Reino Unido a la guerra de Vietnam.
«Estábamos convencidos de que la medalla habría sido fundida o reciclada, utilizada para condecorar a otra persona», admite Gene Grimes, fundador de la Beatles Appreciation Society en Liverpool.
Esa decisión no está en manos de la reina, sino de Yoko Ono. Así lo aclara un portavoz de Buckingham: «La medalla está a buen recaudo. Se encuentra en el palacio de Saint James y ha sido debidamente conservada desde el mismo día en que Lennon la devolvió. A fin de decidir si debe ser expuesta en un museo, habrá que esclarecer primero a quién pertenece. Dependerá de Yoko Ono: ella se encarga de custodiar el patrimonio del ex beatle».
En noviembre de 1969, John Lennon devolvió la condecoración a través de su chofer, quien entregó en el palacio de Buckingham la medalla junto a una carta, que también fue enviada al primer ministro Harold Wilson. «Su Majestad: Le devuelvo esta medalla como protesta contra la implicación de Gran Bretaña en el asunto de Nigeria-Biafra, contra el apoyo prestado a Estados Unidos en la guerra de Vietnam y porque mi canción 'Cold Turkey' ha dejado de aparecer en la listas de éxitos». La carta incluso venía cariñosamente firmada: «Con amor, John Lennon».
El ex beatle había recibido la condecoración cuatro años antes, junto con el resto del cuarteto. Lennon manifestó en alguna ocasión que ya desde el principio se había mostrado reacio a aceptarla, pero el manager del grupo, Brian Epstein, le convenció para que no la repudiara.
El músico no ha sido el único en rechazar las condecoraciones de la Reina a lo largo de la historia. Hasta 300 personas se han negado a aceptarlas en los últimos treinta años. Entre ellas se encuentran el cantante David Bowie y el escritor británico J. G. Ballard. MÓNICA BERGÓS | LONDRES (www.eldiariomontanes.es)
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