El músico británico Paul McCartney llevaba haciendo uso de la marihuana desde sus tiempos en los Beatles, allá por los años 60, pero ahora ha decidido radicalmente dejar de fumar para ejercer mejor su papel de padre. Y es que el cantante tiene una hija de ocho años, Beatrice, fruto de su tormentoso matrimonio con Heather Mills, y quiere convertirse en todo un ejemplo para ella.
“Fumaba muchísimo, pero eso ya se terminó. Creo que ya me fumé mi parte. Cuando estás criando a una jovencita, tu sentido de la responsabilidad te dice que ya no es necesario y que es hora de cortarlo de raíz”, admitió a la revista Rolling Stone.
Anteriormente, el artista había confesado haber coqueteado con la cocaína y la heroína durante su etapa en la legendaria banda de Liverpool.
“Solo probé la heroína una vez y, sinceramente, ni me enteré de que era eso. Me pasaron algo para que lo fumara, y luego descubrí que se trataba de esa sustancia. No me hizo nada, la verdad, y ahora considero que tuve mucha suerte por ello. Podría haber acabado inconsciente en medio de la calle”, reconoció McCartney en una entrevista de 2004.
“En cuanto a la cocaína, la estuve consumiendo brevemente durante la etapa del disco ‘Sgt. Pepper’, pero siempre equilibrándola con algo de hierba. Nunca fui demasiado adicto. Al principio pensé que era algo nuevo y estimulante, pero después de sufrir varios bajones de tensión me di cuenta de que no estaba tan bien”, explicó.
Además, durante su matrimonio con Linda, que falleció en 1998, ambos solían consumir marihuana constantemente y sin ocultarlo. No obstante, McCartney empezó a controlarse un poco después de que fuera encarcelado en Japón por intentar acceder al país llevando esa sustancia encima.
“No dejaba de pensar: ‘¿Qué le he hecho a mi familia?’ Fueron nueve días de pesadilla y estaba muy asustado”, aseguró. terra.com.mx
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