La muerte de su madre, Linda McCartney (en abril de 1998 por un cáncer de mama) supuso un terrible golpe para James, quien vio agravado su estado anímico cuando, sólo un año después, Paul McCartney conocía a Heather Mills y ambos iniciaban un sorprendente romance que el joven no fue capaz de asimilar.
"Fue una época difícil para mí. Mi padre se casó con Heather y las cosas entre nosotros no iban bien. Me refugié en mí mismo y me aislé de todo porque ella no me gustaba nada. Tuve mis propios problemas también. Fue muy difícil para mí continuar con mi vida junto a una nueva madre después del fallecimiento de la mía. Mi padre y yo nos alejamos mutuamente por culpa de Heather y tuve que emprender mi propio camino mientras lloraba la muerte de mi madre."
"Comencé a tomar drogas duras como la ketamina, pero no heroína. En ese mismo momento corté la relación con mi familia por un tiempo, algo que no hubiera hecho ahora", confesó James McCartney al diario Daily Mirror.
Tras concienciarse (sic) de la necesidad de dejar las drogas, el hijo de Paul McCartney decidió someterse a un tratamiento de desintoxicación para poder iniciar una nueva etapa, una dinámica completamente diferente que ahora se define por la buena relación que mantiene tanto con su padre como con su nueva esposa, Nancy Shevell, a la que James sólo dedica elogios.
"Ahora todos estamos unidos y somos felices, sobre todo mis hermanas (Heather, Mary y Stella), ya que la relación con mi padre ha mejorado. Somos grandes amigos. Quise acercarme de nuevo a las personas más importantes de mi vida, especialmente a mi padre, al que considero mi mejor amigo. La verdad es que Nancy (Shevell) es genial. La considero mi nueva madre. Es una mujer honesta y hace muy feliz a mi padre. La adoramos", aseguró James McCartney. www.eldiariodecoahuila.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario